domingo, 26 de junio de 2011

FINALES DE LOS OCHENTA

Aprovechando la Festividad del Corpus, vamos a continuar comentando anécdotas de nuestra Hermandad que sucedían en los últimos años de la década de los ochenta.


Siguiendo con publicaciones anteriores vamos a ir terminando la década de los ochenta, la cual sigue marcando muchos cambios en nuestra Archicofradía que algunos no conocieron y que otros participaron de ellos.


En los finales de los ochenta Columna se estaba conviertiendo en una Cofradia de "moda", donde el número de hermanos no paraba de subir año tras año, eran buenos momentos en cuanto al número de hermanos se refiere, practicamente se alcazaban los 800 hermanos, (no olvido la imagen del recordado D. Fernando Caso, tras su mesa con su libro de hermanos apuntando a tantos y tantos jovenes que querían procesionar).

Todos los años se aumentaba los hermanos que procesionaban, en aquellos años era raro el joven de las calles cercanas a la Parroquia de San Antonio que no pertenecierá a la Hermandad, eran tiempos donde nuestros titulares salían acompañados por cuatro secciones cada uno y con una cantidad de hermanos que hoy nos parecen imposible de volver a ver.


Por otro lado es el momento donde se va creando gran parte de los enseres que hoy tenemos, y que se fueron realizando con los bordados del antiguo palio de Maria Santísima de las Lágrimas, trabajo que realizará el que fuese Mayordomo de la Hermandad D. Mariano Arce. La hermandad se iba confeccionando poco a poco y con mucho trabajo, eran los tiempos donde aún faltaban muchos atributos y que días antes de nuestra salida teníamos que ir de hermandad en hermandad pidiendo prestado ciriales, faroles, varas y otras tantas cosas, eso aún sigue siendo una tónica en nuestra hermandad pero no tiene nada que ver con lo que ocurría en esos años que llevabámos cosas prestadas desde el principio hasta el final del cortejo, pero eran otros tiempos.


Por útimo hay que volver a hablar de María Santísima de las Lágrimas en la calle, nuestra titular era seguida por las calles de su recorrido desde que salía por el cancel de San Antonio hasta que regresaba de madrugada, era curioso ver la cantidad de camaras de videos que grababan el recorrido de nuestra señora, su forma de andar y pasear por Cádiz ya se habia hecho peculiar y era seguida por muchos cofrades que se agolpaban en algunas esquinas para verla pasar derramando elegancia y demostrando que una marcha es para escucharla y andarla entera. Además la cuadrilla de María Santísima de las Lágrimas, se caracterizaba por ser conocida con ese nombre, es decir, por el nombre de nuestra titular, no era la cuadrilla de nadie a titulo personal, no era la cuadrilla de ningún capataz, era una cuadrilla de hermanos que trabajaba por su hermandad y que hoy casi 30 años después lo sigue haciendo.


Marcos A. Huertas Cádiz